Las normas y límites son la referencia que da apoyo y seguridad. Sin embargo, es tan perjudicial poner unas normas demasiado estrictas como no poner ninguna. Por este motivo es necesario encontrar un punto intermedio en que la norma guíe la conducta y a la vez cree seguridad en el niño o niña.
A veces nos encontramos sin saber cómo actuar o cómo poner en marcha esta recomendación, a continuación les ofrecemos algunas orientaciones a tener en cuenta a la hora de establecer límites y normas.
¿Cómo poner las normas y límites?
- Creación de un clima agradable en casa, buscar momentos para estar juntos (jugar, hablar, ver la tele…)
- Establecer horarios coherentes y adaptados al niño o niña
- Objetividad, nuestros hijos e hijas nos entenderán mejor si marcamos las normas de forma concreta, bien especificadas con frases cortas y órdenes precisas
- Dar dos opciones para que haga exactamente lo que queremos. Es la hora de vestirse “¿quieres elegir un traje o lo hago yo?”
- Firmeza, con un tono de voz sin gritos y gesto serio en el rostro. La firmeza está entre lo ligero y lo autoritario
- Acentúa lo positivo, los niños son más receptivos al hacer lo que se les ordena cuando reciben refuerzos positivos. En general es mejor decir a un niño lo que debe hacer (“habla bajo”) antes de lo que no debe hacer (“no grites”)
- Guarda distancia, intentar generalizar y decir las órdenes de forma impersonal, decir “ Es hora de acostarse” antes que “Quiero que te vayas a la cama ahora mismo”
- Explica el por qué. Cuando un niño entiende el motivo de una regla como una forma de prevenir situaciones peligrosas para sí mismo y para otros, se sentirá más animado a obedecerla.
- Sugiere una alternativa. Siempre que apliques un límite al comportamiento de un niño, intenta indicar una alternativa aceptable.
- Firmeza en el cumplimiento. Una rutina flexible invita a una resistencia y se torna imposible de cumplir. Rutinas y reglas importantes en la familia deberían ser llevadas a cabo día tras día.
- Desaprueba la conducta, NO al niño. Deja claro a tus hijos que tu desaprobación está relacionada con su comportamiento y no va directamente hacia ellos. No muestres rechazo hacia los niños. Antes de decir “eres malo”, deberíamos decir “eso está mal hecho”(desaprobación de la conducta).
- Controla las emociones. Hay épocas en que necesitamos llevar con más calma la situación y contar hasta diez antes de reaccionar. Delante de un mal comportamiento, lo mejor es contar un minuto con calma, y después actuar con tranquilidad.
Hay que tener en cuenta que todos somos una referencia y nuestra conducta y nuestro lenguaje es captado por el, por lo tanto hay que cuidar qué tipo de mensajes trasmitimos, tanto verbal como no verbal y qué estilo de comportamiento, por eso mismo hay que tener especial cuidado con el modelo que se trasmite.
Departamento de Orientación
Colegio Arcángel Rafael