Continuamente se escucha hablar de las habilidades sociales, ¿qué son realmente? Se trata de un conjunto de capacidades que permiten a la persona desenvolverse de una manera eficaz en el medio social.
Hay una serie de habilidades sociales básicas, como son, el apego, capacidad de establecer lazos afectivos con otras personas; la empatía, capacidad de ponerse en el lugar del otro; la asertividad, capacidad de defender los propios derechos sin dañar a los demás; la cooperación, capacidad de colaborar con los demás para lograr un objetivo común; la comunicación, capacidad de expresar y escuchar; el autocontrol, capacidad de interpretar sentimientos propios y controlar los impulsos; compresión de situaciones y resolución de conflictos.
Las personas habilidosas socialmente suelen vivir de una manera placentera la interacción con los demás y no les causa ninguna tensión negativa enfrentarse a situaciones nuevas. Estas personas se sentirán valoradas y bien con ellas mismas. Por el contrario, las personas con déficit en esta faceta mostrarán temor en sus relaciones sociales y vivirán con gran estrés aquellas situaciones que supongan contacto con personas nuevas o la incorporación a nuevos grupos. Las dificultades para interrelacionarse de manera adecuada se ponen de manifiesto a través de conductas como, la timidez, el bloqueo, la agresividad, la ansiedad social, fobia social o aislamiento.
Pero, ¿qué se puede hacer para mejorar estas habilidades?
A lo largo del proceso de socialización los niños y niñas aprenden todas estas habilidades, como resultado de la interacción con las demás personas, a través de la experiencia directa, la imitación y los refuerzos sociales que tengan sus conductas. Pero además desde la familia y escuela, se puede influir positivamente en el desarrollo de las habilidades sociales, para ello es importante tener en cuenta las siguientes orientaciones:
- Promover un ambiente positivo, cálido y de confianza, que permita hablar con naturalidad e intimidad.
- Utilizar vocabulario emocional, hablar sobre lo que sentimos, poniéndole nombre a cada una de las emociones. Esto mejorará la regulación emocional.
- Mostrar interés por el mundo social, pregunta sobre el día a día y muestra interés por las situaciones que te cuenta, además de un mayor conocimiento personal, se puede aprovechar y dar pautas sobre resolución de conflictos y habilidades de afrontamiento.
- Enséñale a manejar las emociones negativas, comprende sus sentimientos y ayúdale a buscar soluciones.
- Trabaja la autoestima, usa el elogio, evita la comparación con los demás y las etiquetas.
- Ejerce un buen modelo de comportamiento y cuida la forma en la que le hablas a otras personas.
- Asistir a eventos sociales, cumpleaños, fiestas de graduación… para favorecer la interacción con otras personas.
- Realizar actividades deportivas, actividades en equipo que fomenten la asertividad y la empatía.
- Reforzar aquellos comportamientos que se quieran instaurar.
“El ingrediente más importante en la fórmula del éxito es saber entenderse con la gente” Theodore Roosevelt.
Departamento de Orientación
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