Ya estamos en octubre y tu hijo sigue llorando al dejarlo en el colegio. No te culpes.
A todos nos ha pasado alguna vez que al llevar a los niños al colegio se han quedado llorando. Lo primero que hemos pensado es: ¿Qué estoy haciendo mal?, ¿Por qué sigue llorando? , ¿Qué sucede?
Recuerda:
No te culpes por ello. A continuación te dejamos algunos consejos para llevar mejor esta etapa:
- El llanto no te puede condicionar. No transmitas angustia al niño por el hecho de verle así. Sabes que los niños tienen una sensibilidad especial y van a captar nuestras emociones. Permanece tranquilo y háblale con normalidad y cariño.
- No tienen que tener una sensación de abandono. Tienen que sentir que les acompañamos y que les dejamos en un lugar de confianza. Y esa seguridad se la vamos a dar nosotros.
- La despedida no se puede prolongar. Porque llore, no podemos “dejarle” y salir “corriendo” sin despedirnos para que no lo pase mal. Háblale con tranquilidad, dale un beso y dile lo bien que se lo va a pasar y recuérdale que luego vendrás a por él.
Alargar la despedida es aumentar una situación que no aporta nada ni al niño ni a ti y se traduce en aumentar la angustia.
- Ten una actitud positiva. Cuéntale que va a tener un día estupendo, que va a jugar mucho y que va a estar muy bien. Y hazlo con una sonrisa. Cuando le recojas, afirma lo que le has dicho en la mañana.
- Ten mucha paciencia. Ser padres no es nada fácil y debemos ir aprendiendo. La paciencia es la mejor herramienta. No todos los niños maduran, ni se adaptan, ni comprenden de la misma forma ni en el mismo tiempo. Tenemos que ser cautos y no dejarnos arrastrar por nuestra impaciencia. Todo lleva su tiempo.
- Dile que te encanta ver lo contento que está. Habla con él de lo bien que se lo ha pasado, lo mucho que te gusta verle sonreír y lo bien que te sientes al verle así.
- Sé firme con las rutinas. Llévalas a cabo de forma continua todos los días y responsabilízate de que se cumplan.
Sabemos que el camino de ser padres es duro pero es la mejor herencia que nos deja la vida.
